River volvió a aburrir, a defraudar, a arrastrarse en el campo de juego y a empatar ante un rival débil como Argentinos. Matías Almeyda sigue sin dar pie con bola pero parece aferrarse insistentemente y ya sin argumentos ni ideas a su cargo. Su equipo volvió a ser una lágrima como durante casi todo su mandato, le generó poco y casi nada de peligro al Bicho y se aleja cada vez más del mediocre objetivo de obtener 30 puntos en el Inicial. Argentinos, por su parte, en el debut de Gabriel Schurrer como entrenador, hizo un partido correcto y hasta pudo haberlo ganado de haber estado fino en los últimos metros
ROGELIO EL MAS PELIGROSO
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